La junta extraordinaria de accionistas de Pescanova, celebrada el pasado 29 de Septiembre en Chapela, parece haber dado algunos frutos. En dicha asamblea se aprobó que Pescanova pase a ser únicamente una sociedad de cartera titular del 19,99% de Nueva Pescanova (S.L.), la sociedad resultante de dos largos años de concursos de acreedores, y que estará controlada por los bancos, dueños del 80,01 % restante.
Posibles aspectos positivos para el accionista
Los accionistas de la vieja Pescanova finalmente no tendrán que desembolsar nada para tener esa quinta parte del capital de la nueva compañía: a pesar de que en un primer momento se aprobó la propuesta (con un 61% de los votos) por la que los antiguos accionistas tenían un 5 % y debían abonar 7,32 millones para llegar al 20 %, en una segunda votación la alternativa de los minoritarios, por la que los accionistas de la vieja Pescanova no tendrían que desembolsar nada para tener esa quinta parte del capital de la nueva compañía, también fue aprobada con un 75,66 % de apoyos. Al suponer una mejora para las dos partes —la banca acreedora tendrá que aportar 9 millones y no los 39 previstos en convenio— la propuesta alternativa prevalece sobre la original.
Por otro lado, las cifras arrojan una facturación anual superior a los mil millones de euros; sin embargo sus acciones valen, a día de hoy, cero euros. Así, resulta lógico que los accionistas, aspiren a que la compañía vuelva al parqué y a que su cotización —suspendida en Marzo de 2013— se revalorice. En este sentido el Consejo de Administración mantiene su determinación para que la vuelta al mercado bursátil se produzca antes de que acabe el año. Para ello es necesario que Pescanova presente lo antes posible el pertinente folleto explicativo al regulador, explicando los pormenores de su “nueva situación”.
Aspectos negativos
Lo que se ha votado realmente supone una segregación de la sociedad Pescanova S.A. (fundada en 1960) y su integración en Nueva Pescanova, que está constituida con un capital social de 3.000 euros, más las aportaciones de la vieja Pescanova (2,4 millones) y de la banca acreedora (10,7 millones); tendrá un patrimonio cercano a los cien millones de euros y una deuda de 1.050 millones.
La banca acreedora y los fondos de inversión siguen controlando la pesquera de facto; empero, fuentes cercanas a la junta aseguran que “es sólo cuestión de tiempo que los bancos acreedores se deshagan de su participación, y que el único fin de la vieja Pescanova es recuperar de nuevo el control de la empresa”.
En todo caso, el plazo para presentar impugnaciones, de un mes de duración, permanece abierto.
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